Lo oportuno de las palabras:

Que en mi País la gente sea feliz aunque no tenga permiso.

24/9/11

Sólo al principio...


Al principio, sólo tal vez al principio la idea de un blog no hubiese sido la más acertada en mi mente. Pero, fue ese empeño inexorable del alma el que me llevó literalmente a prender la pantalla de mi computador, teclear la palabra blog en el buscador de Google y redimirme ante los avances extraordinarios de la tecnología y tan sólo buscar dar en... píldoras (sí, podría utilizar ese término), lo que se esconde detrás de un corazón que late, una mente que incansablemente busca combatir con lo impredecible del destino, reabastecer su alma, llenarse de las fuerzas necesarias para continuar y resistir ante el vaivén de un mundo que sueña, idealiza, crece, aprende, juzga y... como... Todo lo que tiene una pizca de mortalidad y fue hecho por leyes naturales en este mundo, es imperfecto y falible.
Sin pretender que éste sea el blog más magnífico con las memorias más increíbles que leer y con el cliché que todos podrían buscar, abro este espacio para hacer catarsis, buscando un rinconcito donde depositar un poco de mí. Advirtiendo que entre líneas el realismo combinado con el poetismo, lo simplista de la mano con lo complejo, me llevará a ir como golondrina, dejando la estela de uno de tantos, aquí.
Así que, extiendo mis alas... Aleteo fuertemente, las sacudo erradicando de mí toda la arena del desierto que sirvió de paisaje para crear miles de espejismos e ilusiones que desvanecieron con el tiempo y me adentro al mundo de múltiples colores y matices, volando miles de kilómetros para batallar con lo indomable de mi esencia y revelar al mundo, de qué estoy hecha; con la música del gran Armstrong de fondo y su lírica de "What a Wonderful World" y pérdida entre letras de Benedetti, así empiezo... Como diría Chaplin: ésta obra de teatro, que no permite ensayos.

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