Lo oportuno de las palabras:

Que en mi País la gente sea feliz aunque no tenga permiso.

3/1/15

¡Hola 2015!



¿Cómo empezamos?
Apenas estas escribiendo tus páginas, pero como todo buen principiante, sólo empezaré a dibujarte en mi mente. 
Te he idealizado de maneras miles, te he pensado bien "pomposo" desplegando tu sublime espíritu en el tiempo, te he imaginado sereno y lleno de conocimiento, te he contemplado en lo profundo como 365 días de metas y logros, te he soñado despierta como el trampolín perfecto para catapultar mis ansías y anhelos y, te he querido despierto, vencedor entre las sombras e imponente como el viento.

Tú sólo sabes con qué me esperas, tú sólo sabes con qué me sorprenderás. Imposible que la incertidumbre no se apodere de mi ante lo incierto. 

Me desperté el día de tu nacimiento con suave olor a conquistas, con el ánimo empujándome a tocar nuevas puertas, aún cuando quizás muchas no me esperen abiertas. Me quise preparar para tu llegada con el mejor perfume en el mercado: "Victoria."

Tal vez tus días quieran parecer un poco oscuros ante las inseguridades, tal vez tu ánimo no sea el mismo que en tu cumpleaños pasado, tal vez no me quieras tanto como en el otro o, tal vez tu reloj no quiera perdonarme. 

No sé cuáles son tus planes, probablemente tu agenda esté totalmente copada con tantas prioridades o quizás no quieras organizar tu tiempo para brindar con nadie.

Tú y yo sabemos que el mundo te acecha y quiere tenerte completamente vulnerable y solo, como ese cazador a la mejor liebre. Tú y yo sabemos que el tiempo corre sin avisos y que nuestros huesos se vuelven viejos. 

Tú y yo sabemos tanto que al mismo tiempo no sabemos nada.

Me puedo aventurar y creer en palomas mensajeras que me dicen, me asoman y bendicen tu existencia llena de éxitos campantes. Me puedo querer empeñar en ganarle la batalla a tu mal humor y saber ganarme tu cariño. Me puedo soñar abrazándote al final con todo lo vivido. Me puedo enloquecer pensando que tal vez no quieras estar de mi lado en las guerras ideológicas. Me puedo morir creyendo que no apartarás a los demonios para traer a los dioses. Me puedo quedar pensando que serás despiadado, sin derecho a réplicas. Me puedo seguir quejando, me puedo seguir volviendo menos valiente. 

Me puedo hacer de todo y de nada. 

Tú sólo sabes de quién soy y para qué estoy.

Tú que confías en mi honestidad y en la pureza de mis sueños, concédeme una vez más tu amor eterno, tu sublime sueño repleto de estrellas que me lleven al firmamento. 

¡Aquí te espero risueña 2015!

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